Nuestra mente, proyectada hacia el futuro, se anticipa como forma de supervivencia.
Sin embargo, cuando esto se desajusta, puede traer malestar, ansiedad, desgano, apatía, cansancio mental y estrés.
Lo primero que podemos hacer es observarlo y aceptarlo. Si lo ves, puedes redirigirlo.
Ante una misma situación, si se disparan tantos escenarios en tu mente, también puede demostrar miedo, ansiedad y desesperación.
Dite a ti mismo que está todo bien, que cuentas con las herramientas para resolver lo que se presente paso a paso, y que serás capaz de pedir ayuda si las herramientas que tienes no llegan a ser adecuadas.
Que el miedo no domine tu vida, busca volver siempre a tu centro, há
blate en vos alta, construye un vinculo en donde tu consciencia más elevada pueda retomar siempre el mando.
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